martes, 31 de enero de 2012
A veces..
A veces, miro el móvil desconsoladamente, esperando una llamada que jamás llegará. Echo de menos esa voz que tanto me gusta. Necesito volver a escuchar un ''te quiero'' de sus labios. La angustia me mata sin saber de su existencia. De todas formas, no pierdo la esperanza de que algún día, por lejano que sea, al coger el teléfono su voz me susurre: ''me muero por besarte''.
martes, 24 de enero de 2012
miércoles, 11 de enero de 2012
Love.
Nadie dijo que enamorarse, fuera fácil. No todo es felicidad. Quieres a una persona, pero no por ello vas a estar sonriendo todo el tiempo. El amor es bonito, pero también tiene sus contras.. contras, que han sido capaces de crear guerras sangrientas o asesinos en potencia. Amar, es estar vivo. Pero también es morir un poco cada día. Mueres, cuando hay distancia de por medio, cuando el echar de menos se queda corto, cuando no os podeis entender, cuando los celos os consumen, cuando las peleas se hacen insostenibles, cuando sólo hay dudas, cuando parece que nada tiene solución, cuando desconfías, cuando no os respetais, cuando no hay pasión. Pero a pesar de que en una relación, las lágrimas sean inevitables, hay cosas que aunque pasen mil años, siempre seguirán vivas en nuestra memoria y en nuestra piel. Pequeñas cosas, que te hacen dar las gracias al destino, por haber puesto en tu camino a alguien tan maravilloso. El amor no es soñar un mundo de color de rosa, es aprender a vivir compartiendo lo que tienes. Ya no eres una sóla persona. Ya no controlas lo que sientes. Ya no eres dueña de tus actos. Ya no es la Tierra quien te sostiene. Comprendes, que a pesar de que seas la única dueña de tu vida, ya no mandas en ella. Hay algo que prevalece, él. Ya no te importa que puedas sufrir o pasarlo mal. Lo que te importa, es que a él no le pase nada malo. Tu seguridad, es la suya. Tu bienestar es el suyo. Tu felicidad, es la suya. Por eso, prefiero vivir un minuto de amor en sus ojos inmersa en una vida llena de dudas, que vivir vacía en un universo hueco sin haber conocido ni experimentado la sensación de sentirte amada. Una caricia. Un beso en la frente. Una mirada profunda. Una media sonrisa. Una mueca de afecto. Una palabra de cariño. Pequeñas cosas que sin quererlo, construyen los cimientos de aquello que creo, lo más importante en el mundo.. el amor.
miércoles, 4 de enero de 2012
Grita.
¿Qué hacer cuando experimentas una explosión de sentimientos dispares, y a la vez tan parecidos, que son capaces de confundirte y atormentarte? ¿Qué hacer cuando te sientes sola, y sin motivos para amanecer otro día? ¿Qué hacer cuando sientes que te va a reventar el pecho, por callarte aquello que desearías que todo el mundo supiera? ¿Qué hacer cuando las cosas se te escapan de las manos, y caes en un estrepitoso fracaso? ¿Qué hacer cuando nadie te tiene en cuenta, y te sientes tan sumamente pequeña e insignificante en un mundo que te viene grande? ¿Qué hacer cuando la vida te sonríe, y todos tus planes y sueños se están haciendo realidad?
¡GRITA!
Grita cuando el mundo se te venga abajo. Grita de desesperación. Grita cuando te caigas. Y también cuando te vuelvas a levantar. Grita cuando nadie te comprenda. Grita de impotencia. Grita cuando te equivoques. Grita de rabia, y también de satisfacción, cuando hayas enmendado tus errores. Grita, cuando te griten. Cuando te falten el respeto y quieran pisotearte. Grita de valentía. Grita de dolor, cuando hayas perdido a quien más ames. Grita cuando no puedas aguantar. Cuando los problemas te sumen en una profunda depresión. Cuando no veas la salida a tus preocupaciones. Grita de alegría, cuando al final de ese oscuro túnel, observes una luz esperanzadora. Grita de felicidad, cuando le mires a los ojos, cuando le toques.. cuando le beses. Grita de placer, cuando te lleve a la locura.
Porque gritar no significa ser maleducado, sino algo totalmente distinto.
¡GRITA!
Grita cuando el mundo se te venga abajo. Grita de desesperación. Grita cuando te caigas. Y también cuando te vuelvas a levantar. Grita cuando nadie te comprenda. Grita de impotencia. Grita cuando te equivoques. Grita de rabia, y también de satisfacción, cuando hayas enmendado tus errores. Grita, cuando te griten. Cuando te falten el respeto y quieran pisotearte. Grita de valentía. Grita de dolor, cuando hayas perdido a quien más ames. Grita cuando no puedas aguantar. Cuando los problemas te sumen en una profunda depresión. Cuando no veas la salida a tus preocupaciones. Grita de alegría, cuando al final de ese oscuro túnel, observes una luz esperanzadora. Grita de felicidad, cuando le mires a los ojos, cuando le toques.. cuando le beses. Grita de placer, cuando te lleve a la locura.
Porque gritar no significa ser maleducado, sino algo totalmente distinto.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)