Dos caminos diferentes. Dos vidas distintas. Dos destinos. Dos amores.
Adoro hablar con él. Su risa, su voz. Todo. Suspiro cada vez que le pienso.
Sin apenas darme cuenta, se ha ido metiendo dentro de mí. Mi cabeza lo invoca.
Mi corazón lo reclama. Mis piernas quieren abrazarlo. Quieren darle la bienvenida.
Se ha metido dentro de mí, y ya es imposible que salga. Sólo somos amigos. Sólo
somos amigos. Lo he repetido tantas veces, que hasta he llegado a creerlo.
Me enamoré de su simpatía. De sus ojos llenos de vida. De su cara de ángel.
De su cuerpo hecho para el pecado. Todo en él me hace perder la cabeza.
Es lo que siempre he soñado. No imagino una vida sin sus bromas, sin sus chistes,
sin sus palabras de amor, sin sus jadeos. Me hace realmente feliz. Nadie, ha logrado
hacerme tan feliz. Todo el mundo busca un alma gemela, y yo, la he encontrado.
A uno lo quiero por sus virtudes, y a otro, por sus defectos.
¿Es posible estar enamorada de dos hombres a la vez, y no estar loca?
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