miércoles, 9 de noviembre de 2011
Ilusión.
No sabes por qué, pero te sientes realmente bien. Te despiertas por la mañana, y sin saber por qué, sonríes. Es una sensación extraña, algo que no pasa muy a menudo en la vida de alguien tan pesimista como yo. Pero pasa. No voy a ponerle pegas a la situación, simplemente voy a disfrutar de la alegría con la que he despertado, y que sin saber por qué, la tengo. Parezco tonta, sonriendo a todas horas. La gente me mira mal, e incluso piensan que estoy loca. Eso podría afectarme, pero no sé por qué, ya no me afecta. Cada vez le encuentro menos sentido a las cosas. El mundo está muy raro. Aunque pensándolo bien, la rara soy yo, y no sé por qué, pero me gusta. Me gusta estar rara, y no ser el muerto viviente que se desvanecía de un lado para otro sin rumbo fijo, sin motivaciones ni esperanzas. El muerto en el que antes me había convertido. El cual, sin saber por qué, ha desaparecido. Todo ha cambiado. Hace tiempo que cambió. Y ahora, sí sé el por qué. Él, me ha cambiado la vida.
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